Visto lo
que ha pasado en las primeras semanas de aplicación de la norma que obliga a
obtener un certificado energético para las viviendas, se pueden extraer diferentes conclusiones
En
cuanto al impacto que la norma pueda tener en el parque de edificios, cabe
hacer algunas consideraciones:
a)
Habrá propietarios no van a obtener el certificado por el coste
económico que supondrá o por desconocimiento de la norma o por desidia.
b)
Muchos compradores o arrendatarios o no conocerán o no valorarán
la necesidad o conveniencia de disponer del certificado energético del
inmueble.
c)
Dada la gran cantidad de inmuebles afectados (todas las que se
construyeron con anterioridad a 2007), será difícil controlar el cumplimiento
de la norma.
d)
Dada la situación económica del sector, la gran oferta de técnicos
capacitados para certificar edificios ha hecho caer el precio de los
certificados, hasta incluso regalarse en según qué casos, y asimismo ha
generado una picaresca nada deseable.
Habrá
que esperar más tiempo para ver el impacto real que dicha medida tiene en el
parque de viviendas y locales que se ponen a la venta y en alquiler.
Sin
perjuicio de ello, consideramos que es una medida que apunta en la buena
dirección, pues igual como sucede con los automóviles, por ejemplo, el
consumidor cada vez más valorará el impacto económico y ambiental que tenga el
uso de su vivienda, lo cual repercutirá en el atractivo comercial de un
inmueble y, por tanto, en su precio de venta o alquiler.
Sobre este tema Cuch i Aguilera ha publicado varios post, que complementan el que aquí os presentamos: